Este fin de semana se celebra el GP de Alemania en Hockenheim, un histórico circuito, que fue completamente remodelado en 2002. Hasta entonces el trazado germano era uno de los más rápidos del mundo y contaba con peligrosísimas chicanes que causaron infinidad de accidentes. Algunos de ellos mortales, como el del bicampeón del mundo de Fórmula 1, Jim Clark, que falleció en un accidente de F2 en 1968 tras estrellarse contra un árbol.
La FIA obligó a mejorar las condiciones de seguridad, ya que el circuito estaba rodeado de bosque con escasas escapatorias, y desde hace diez años luce su nuevo aspecto. El remodelado Hockenheim destaca por la interminable curva Parabolika, un amplísimo giro de izquierda de alta velocidad donde los monoplazas rozan los 300 km/h. La curva Parabolika, que prácticamente es una recta torcida, termina en una horquilla muy cerrada, que pone a prueba la resistencia de los frenos.
Y aprovechando la llegada de Hockenheim, me gustaría recordar un momento mítico que se vivió en el GP de Alemania de 1982. Fue un accidente sin daños humanos, pero que pasó a la historia por la bronca que montaron después sus dos protagonistas, Nelson Piquet y Eliseo Salazar (vídeo):
Para ponernos en situación, diré que Piquet defendía ese año su primer título de campeón del mundo, pero los resultados de su Brabham estaban siendo muy malos y el brasileño terminó perdiendo los nervios en aquel GP de Alemania. Piquet intentaba doblar a Salazar, pero el chileno le dio un toque y los dos terminaron fuera de combate. Nelson no se lo pensó dos veces y nada más bajarse del monoplaza, sin quitarse el casco, la emprendió a golpes con Salazar.
La verdad es que el propio Salazar, el único piloto chileno que ha llegado a la Fórmula 1, admitió que lo pasó muy mal por la reacción descontrolada de Piquet:
“Yo siempre fui un gran admirador de Piquet, incluso llevaba una revista que decía ‘Quiero ser como Piquet’. Aquel choque creo que fue producto de un momento de desinteligencia de ambos. Para mí fue un momento muy difícil porque Piquet era mi ídolo”
Piquet acabó muy indignado aquella carrera, que estaba liderando en el momento del accidente. Además, el brasileño había sido uno de los mecenas de Salazar cuando el chileno estaba empezando su carrera automovilística. Afortunadamente el tiempo cicatrizó las heridas y ambos pilotos volvieron a ser amigos. Solo un dato, años después se supo que el motor BMW de Piquet no habría resistido toda la carrera, así que aquel accidente con Salazar le evitó un más que posible abandono por fallo mecánico.
PD. Piquet se excedió al golpear a Salazar, pero es evidente que tenía toda la razón del mundo para estar cabreado. Su carrera su fue al traste por culpa de un doblado.